miércoles, 6 de enero de 2010

2010. CÓMO SE CELEBRA EN SUECIA EL AÑO DE LA BIODIVERSIDAD.

Parece que, afortunadamente, el tema se ha convertido en un escándalo público a nivel nacional. Hay debates en la tele y constantes artículos en los periódicos, dándole vueltas al tema. Gracias a esta presión, la policía por lo visto va a investigar a ver por qué razón se mataron 10 lobos en una provincia donde sólo se permitía un cupo de 9. Suponemos que los lobos matados han excedido el cupo total en más lugares y no se ha dicho pues han sido 12.000 cazadores armados los que han recorrido los bosques con sed de venganza. En la web de la federación de caza sueca invitaban a todos los cazadores que quisieran apuntarse, que hicieran su solicitud. En el Göteborg Posten de ayer 5 de enero titulaban: "Escándalo de la caza de lobos en la conservación de la naturaleza sueca". Gunnar Gillberg, que trabaja en la universidad de Gotemburgo y forma parte de la organización para la defensa de la naturaleza sueca y de la organización para los depredadores sueca, ha escrito un artículo fenómeno ¡al fin! en el que hace una fuerte crítica al estado sueco. Cuenta cómo, justo cuando el periódico presentaba la extraña decisión del estado sueco del control de lobos para que no excedieran los 210 individuos, había un artículo que contaba que, anualmente, se producen en Suecia 29.000 accidentes de tráfico debido a colisiones con alces, corzos y jabalíes. Cuenta que la caza ha sido recibida con alegría por los cazadores, 12.000 el 2 de enero, el día que empezó, que piensan que los lobos deberían ser totalmente exterminados. Compara la población de lobos de Suecia diciendo que es ridícula en relación a la de España, o de Grecia y eso que en Suecia los territorios son grandes, despoblados y perfectamente adecuados. Se hace la pregunta de por qué, entonces, se machaca la población de lobos de Suecia. No hay ningún apoyo científico en esta decisión. No hay ninguna relación con los daños que estos lobos producen. El ganado doméstico es muy escaso y las soluciones preventidas suficientemente eficaces. El 70% de la población de Suecia está a favor de dejar a los lobos en paz. Pero son los cazadores quienes han pedido fervientemente que el gobierno les dé esta oportunidad. A través de un trabajo de lobby masivo han conseguido que los políticos crean que el campo está totalmente "infectado" de lobos, que los niños están amenazados y que un estilo de vida está yéndose al garete. Esto que dice no es ninguna tontería. Lo digo en mis conferencias sobre el lobo: la gente en Suecia sigue creyendo a Caperucita, y cuando un lobo divagante aparece por la zona, creen que no pueden dejar a sus niños solos en la parada del autobús. Suena a chiste, pero es cierto. La zona donde el lobo aparece es precintada a la espera de descartar la presencia del feroz "bicho". Impresionante. Falta un trabajo grande de sensibilización. Sigue el bueno de Gillberg diciendo que, en el fondo, se trata de los propios intereses de los cazadores. En primer lugar, el lobby de la caza quiere mantener y aumentar la población actual de ungulados. Tenerpara sí mismos el enorme superávit de alce, corzo y jabalí que hay en el país. Y en segundo lugar, el lobo les causa un problema matando sus perros de caza cuando se los encuentran; aunque una abrumadora mayoría de los accidentes de los perros de caza son debidos a atropellos ¡¡¡y de los propios disparos de los cazadores!!!. Para que luego me venga un cazador sueco, como el otro día sucedió, diciendo que tenga comprensión por los sentimientos de (¿venganza absurda?) los cazadores que pierden sus perros a manos de los lobos. En fin. Se pregunta, muy bien, Gillberg, ¿en qué otro hobby se le concede a alguien el derecho de, más o menos, erradicar una especie? Con mucho acierto, Gillberg comenta exactamente lo que os comentaba ayer en el blog, recordando que, en el año 2001, Suecia ostentaba la presidencia de la UE y se discutió entonces sobre la biodiversidad, decidiéndose que el año 2010 sería el Año de la Biodiversidad. Por tanto, es una burda ironía y un insulto el que el estado sueco celebre la entrada en el Año de la Biodiversidad con su absurda e imperdonable matanza de lobos, una especie en un estado más que crítico en el país. Termina Gillberg diciendo que la reputación de Suecia quedará en entredicho por mucho tiempo con este escándalo en su conservación de la naturaleza, pues queda claro que no es consciente ni se toma en serio el significado de biodiversidad. A ver cómo, el ministro de medio ambiente de Suecia, Andreas Carlgren, que ha estado diciendo mentecateces en la televisión durante todos estos días, va a opinar sobre cómo Rusia, China e India deben proteger sus tigres y leopardos de la nieve cuando el estado sueco no es capaz de proteger y conservar la supervivencia de sus lobos. Sólo tiene la esperanza de que la mayoría sueca que ha comprendido el significado de la biodiversidad y que ve la población de depredadores como un recurso y no como una amenaza, refleje esto en las próximas elecciones. Quizás, espera Gillberg, consigamos políticos con el coraje de romper el monopolio de los cazadores sobre cómo tiene que ser la fauna.