jueves, 11 de marzo de 2010

HOMENAJE A FÉLIX RODRÍGUEZ DE LA FUENTE. FÉLIX, EL LOBO Y EL PERRO

El 14 de marzo se cumplen 30 años de la desaparición de Félix Rodríguez de la Fuente. Aquí también voy a dedicar, por supuesto, un espacio en su homenaje, al igual que le homenajeé en mi libro Etología del lobo y del perro: análisis e interpretación de su conducta. Félix fue, sin duda, una inspiración para mí, me dio a conocer al lobo que él había conocido y me ofreció la oportunidad de abrir mis sentidos a, en definitiva, la VIDA, así como lo decía él: con letras mayúsculas. Félix era un enamorado del lobo y también del perro y de eso quería hablaros aquí. Él estaba feliz de haber conocido al lobo, no envilecido tras las rejas de un zoológico, sino libre y salvaje, desapareciendo en la fría mañana del páramo, cuando era niño, en la navidad de 1940. Había asistido invitado a una batida al lobo con tan sólo 12 años. Una costumbre que se ha seguido repitiendo como una forma de transmisión cultural del odio al lobo. Félix había escuchado terribles historias de lobos pues al niño se le inculcaba el miedo; ése mismo miedo que desemboca directamente en el odio. Y, aquella mañana de invierno, la silueta del lobo apareció recortada en el páramo, exactamente como nos lo quiso mostrar en sus insuperables, prodigiosos, documentales. “Lo que vi entonces no se me olvidará jamás. (…) Era un animal hermosísimo, de mirada noble, profunda(...) quizá, la más acabada representación de la fuerza, de la libertad, de la nobleza, ¡del palpitar del corazón de la madre tierra!. Aquella tarde fría del mes de diciembre decidí que todo cuanto me habían contado del lobo era falso. (…). Y, al fin y al cabo, el hombre no tenía derecho a erigirse en dueño supremo de la carne, de la vida y de la muerte.”
Había quedado profundamente enamorado de aquél animal. Félix no volvería a encontrarse con el lobo hasta 10 años después, también en el páramo.
Félix leyó en 1964 El anillo del Rey Salomón, de Konrad Lorenz, el personaje por él más admirado. Consideraba Félix que el lobo nos podría enseñar mucho de nuestra propia conducta; de nosotros mismos. Que la sociedad pacífica, por mucho que los mitos nos cuenten lo contrario, del lobo, podría ser un ejemplo para nuestra propia sociedad.

Félix mira amorosamente a sus cachorros de lobo junto al Río Dulce.

Consideraba que conociendo al lobo podríamos entender mejor al perro y los vínculos entre los hombres y los animales. Félix no soportaba la falsedad del mito del lobo y quería estudiar por sí mismo al cánido para mostrarle a todo el mundo su verdadera faz. Y el lobo le dio a Félix una fama que se tradujo en la concienciación ecológica en el país. Tomó el ejemplo de Lorenz, que se integró en un grupo de gansos, y decidió integrarse en un grupo de lobos para estudiar en profundidad el imprinting o troquelado. Y así lo hizo desde 1965 y durante toda su vida. Sus primeros cachorros fueron traídos desde Valladolid, donde habían sido capturados y estaban siendo maltratados por los pueblos. Así que llegaron a casa y fueron cuidados con cariño por él y su mujer.
"He leído de muy cerca, en las pupilas de mis lobos, toda la fidelidad monolítica que reside en su complejo comportamiento. He descubierto que los lobos son cooperativos, comunitarios, que adoptan a los cachorros huérfanos, que comparten el alimento, que jamás abandonan a los heridos o a los débiles."
El lobo fue una parte importantísima de su vida. Luchó desaforadamente por conseguir la protección del lobo en España, donde era una especie a exterminar. Consiguió que la Administración eliminase las Juntas de Extinción de Animales Dañinos, lo que fue un hito en la conservación de la fauna ibérica. Posteriormente, consiguió una primera figura de protección para el lobo en España. En su lucha se ganó la enemistad del sector ganadero y alimañero, pero luchó valientemente. Escribió en la prensa española y extranjera, en el boletín de ADENA, realizó informes para la UICN, realizó programas que se emitieron en otros países del mundo y realizó la película de cine El rey de los lobos; así luchó hasta conseguir una veda para el lobo a partir de 1970, lo que significó difuminar la sombra de la extinción del lobo, que estaba pronosticada. Consiguió, por tanto, la protección parcial del lobo y del lince. Con Ramón Grande del Brío creó la Coordinadora para la Defensa y Estudio del Lobo Ibérico."Todas las virtudes del perro, la fidelidad, la nobleza, la alegría, el altruísmo, la inteligencia, la sensibilidad, están acrecentadas y acrisoladas en sus tatarabuelos los lobos".
Félix siempre estuvo muy unido también al perro. Siempre tuvo perros de caza y de ellos habla en su amado libro El Arte de Cetrería. En los años 50 recorría los campos con sus halcones y azores acompañado de sus perdigueros burgaleses (Lis y Sol, por ejemplo). En sus documentales sobre Altanería nos habló del adiestramiento de los perros para apoyo de los halcones en su proyecto Baharí para librar de aves los aeropuertos. Utilizaba pointer, braco, griffon kortals, springer spaniel. Pero había un perro que le gustaba especialmente y que siempre tuvo en casa: el teckel, un perro de corazón. En la foto siguiente, Félix (con el mochilón) se dirige, acompañado de su pequeño teckel y con un guarda de la Reserva del Hosquillo, a anestesiar a un oso.
Félix había leído siempre las historias del norte relatadas por James Oliver Curwood y Jack London y le encantaba admirar los perros esquimales: los huskies, los malamutes, esos perros de resistencia prodigiosa y conducta lobuna. En el año 1979, el año anterior a su desaparición, Félix cumplió un sueño. El sueño de recorrer, con un trampero del ártico, las nevadas taigas de las Rocosas en trineo tirado por preciosos perros nórdicos. Al año siguiente volvió Félix al Ártico porque quería mostrar al mundo la impresionante hazaña de perros y hombres que, en una carrera anual histórica, recorre una durísima etapa de 1850 km por las soledades heladas de Alaska hasta la población de Nome. En esas se nos fue Félix, que, entre otros muchos proyectos, tenía el de crear una serie dedicada a los perros del mundo. Félix se nos fue filmando a los perros en la evocación de la historia vieja del hombre que se sirve de su amigo el perro, el perro más cercano al lobo, para sobrevivir en uno de los lugares más duros y difíciles de la Tierra. Félix quedó allá, en su soñada Alaska de la infancia. Siempre dijo que se reencarnaría en un gran lobo solitario.


viernes, 5 de marzo de 2010

MATÓ AL LOBO FEROZ.¿EL LOBO FEROZ?

Creía que una noticia como ésta no merecía la pena de ser contada. Ayer La Voz de Galicia publicaba en su sección de Sucesos este titular: "El ataque de un lobo causó heridas en un brazo y en una mano a un pastor de ovejas...". Cuenta que el hombre estaba en el monte trabajando por la mañana cuando se encontró un lobo. ¡Bendita fortuna para todo naturalista el encontrarse un lobo así como así!. En fin; para este hombre fue distinto; el que tenía delante era ¡el lobo de Caperucita!. Decía la noticia que el hombre creyó que era el perro de un vecino y que llamó a los suyos, que se ve que iban a por él, para que no se pegaran. Pero, según la noticia, el lobo siguió "merodeando" y cuenta el hombre que "saltó hacia él mordiéndole un brazo" cual malinois en una competición de Mondioring. Dice que le causó heridas en un dedo y que fue dado de alta enseguida (no era para más). El hombre cuenta que, de no haber sido por sus perrazos (mastín y amastinado), lo mismo le habría matado (¡¡nada menos!!). El chico que trabajaba con él tampoco se quedó corto, y "para ayudarle" cogió una horquilla y ayudó a los perros a eliminar al terrible bicho. Él se extrañó de que aquél lobo no huyese del hombre y se enfrentase a los perros.
Como no quería yo darle importancia a semejante cuento, no lo quise publicar. Pero ahora lo haré por cómo se han ido desarrollando los hechos. Expliqué, a quienes me consultaron, la imposibilidad del ataque de un lobo salvaje en la naturaleza. Barajé la posibilidad de que aquél lobo hubiera sido, en realidad, un perro. Pero supuse que habría un cadáver; si éste era de lobo, imagino que, enfrentado a los perros y asumiendo ese riesgo, algo no debía ir bien con ese pobre animal; no obstante, dije también que era probable que, en medio de la trifulca, cuando el hombre mete la mano, puede ser mordido no ya por el lobo, sino por sus propios perros extraexcitados. Pero bueno, son conjeturas todo excepto una cosa evidente: no hubo NINGÚN ataque de un lobo. Lo que estaba claro es que aquí había habido un ataque de dos perros y uno o dos hombres a un lobo que seguramente portaba algún problema para estar allí en la mañana metido en semejante berenjenal.
Y, en la refriega, el lobo tampoco va a ponerse a sacar la lengüina; lo lógico es que pueda defenderse un poco ¿o no se le va a permitir ahora ni defenderse, como le pasó a la pobre osa Hvala y a otros bichos?. Por eso, aquél patetiquísimo titular de "Ataque de un lobo... bla bla bla" no me interesaba lo más mínimo pues estoy jarto ya de la manipulación de los medios y de los periodistas, que no son capaces de acertar ni una sola.
Pero bueno; al final, hoy mismo el mismo periódico publicaba una continuación de la historia: el hombre tenía 80 años (no creo casualidad que en estos fregados siempre están involucradas personas mayores del campo). Y aquél lobo era aún más anciano que el hombre. El pobre podía llegar a tener 13 o incluso 15 años pues ya no tenía ni dientes. Tan sólo unos desgastados colmillos con lo que ya no podría ni comer en condiciones. Por eso estaba en los huesos el pobre. Pero no sólo eso; tenía una pata amputada probablemente por un lazo de esos como los que habían dejado lisiado por siempre al lobo del otro día. Vamos, que viejo, más que cojo, desdentado, flaco y débil... se vio seguramente buscando restos que echarse al estómago cuando se dio de bruces con el hombre y los perros. Los perros acabaron con él en un momento y me imagino que ese "héroe" que lo remató con la horquilla no tuvo mucho esfuerzo que hacer a pesar de lo orgulloso que lo cuenta hoy por ahí como si hubiera sido el cazador del lobo feroz de Caperucita. Aún son capaces de decir que pasaron "un buen susto". ¡Vergüenza les debería dar!.
Mal final para una sorprendentemente larga vida de un lobo metido en territorio humano y tras haber sobrevivido ya a sus sucias trampas.
Como viene a cuento, os contaré que conozco un pastor que vivió algo parecido; pero aquél lobo había enganchado una oveja. Se enfrentó a sus mastines y también él llegó con su cachava para rematar. El lobo no tuvo opción a defenderse de él y tampoco lo habría intentado pues lo que le urgía en ese momento era librarse de las bocas dentadas de los terribles mastines que se le habían echado encima. Allí se lo cargaron y entonces vio él que aquél lobo estaba excesivamente gordo.
Mismamente, si pincháis aquí os llevará a un vídeo que es muy interesante porque es antiguo y se ha publicado a raíz del próximo 30 Aniversario de Félix Rodríguez de la Fuente. Pero, después de que lo veáis, quiero aclarar a todos unas cuantas cosas:
dice que "a mediados de los 70 el lobo era un peligro real". Yo no creo tal afirmación de ningún modo. Como he explicado creo que detalladamente en mi último libro, el comportamiento predador del lobo no funciona ante el hombre porque no constituye el ser humano ningún estímulo de caza, por lo cuál no puede funcionar el mecanismo desencadenante innato de dicha conducta. Esto es así y funciona así. Ni tenga hambre ni la deje de tener. Amén del pánico al ser humano que tienen los lobos especialmente porque durante 10.000 años (que no 40) se les ha dado tralla sin parar.
En aquellos años hubo mucha polémica. Los niños seguían siendo educados en el temor al lobo para alimentar su odio. Era esencia cultural pastoril. Se contaron millones de tonterías imposibles de creer y que aún hay mentes ignorantes que sí que creen; y esto ha hecho mucho daño al lobo. La loba que dicen que mató a dos niños en Orense, leáis lo que leáis y de quien lo leáis, y os digan lo que os digan, nadie pudo demostrar fehacientemente que fuese una loba. Félix R.de la Fuente defendió el que aquella loba no había sido sino un perro. Se dijeron muchas tonterías sobre aquellos ataques. Tonterías imposibles de acometer por un lobo mínimamente normal. Y, como prueba, tenéis unas imágenes del conocido Pepín el de Fresneda, un matalobos licenciado, que, en el vídeo, está maltratando cruel y salvajemente a un pobre PERRO. Como podéis comprender, si este hombre confundió a este pobre PERRO con un lobo, no se puede uno creer absolutamente ningún dato sin haberlo comprobado o visto. En aquél momento, mientras todos querían exterminar al lobo, Félix Rodríguez de la Fuente batalló lo indecible para cambiar su mala imagen y presentar la verdadera cara del lobo.